¿Sabes? A menudo me paro a pensar cómo sería mi vida si hubiera tomado las decisiones opuestas. Pienso que tal vez en un universo paralelo no me paso el tiempo sentada frente a la pantalla de este ordenador, que ha sido testigo de multitud de sonrisas, pero también de lágrimas. En ese mismo universo paralelo, soy el modelo de chica ideal, o quizá una chica normal a la que no le preocupa su aspecto y carece de complejos. Podría imaginar que está en la playa tomando el sol, disfrutando del sonido de la brisa y el vaivén de las olas; o tal vez esté paseando por las calles de una gran ciudad, rodeada de luces, escaparates, siendo una pequeña parte de la gran cantidad de gente que se mueve de un lado a otro, ajenos a los pensamientos de los demás y centrados en los propios. Podría imaginar también que está siendo testigo del mayor acontecimiento de su vida, o disfrutando de un maravilloso paseo por el campo al lado de las personas a las que quiere.Pero no imaginemos más. Ahora estoy aquí, en este universo del que he elegido formar parte, sentada frente a este ordenador, escribiendo esto para... ¿qué? Tal vez para compartir sentimientos, o para que el lector dé vida a este texto mediante sus palabras... no lo sé; pero lo que sí sé es que esa chica, que vive en una vida totalmente paralela, ha tomado decisiones diferentes a las mías, que le han llevado a situaciones contrarias.
Siempre podremos arrepentirnos de nuestras decisiones, de los caminos que hemos decidido tomar; podremos pararnos a pensar en cómo habría sido nuestra vida de una manera distinta... ¿Y sabéis qué? Que aunque una pequeña parte de mí desee saber cómo sería, no me arrepiento de haber elegido así, porque todo eso me ha llevado a ser quien soy ahora.
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