domingo, 31 de agosto de 2014

y ojalá en algún día de mi vida, el corazón vuelva a ganarle a la razón.

Hace mucho me contaron una leyenda de dos personas que se quisieron mucho y que duraron toda un vida. Menuda leyenda, tiene que serlo para ser verdad. En cambio hoy en día te prometen que se quedarán y a la primera de cambio ya se van; parece que la gente no es capaz de soportar que las cosas se vuelvan un poco difíciles sin saber que eso es lo que realmente vale la pena. Que sí, que puede que haya días en los que quieras enviar todo a la mierda pero siempre compensa si luego está esa persona dispuesta a comerte a besos para apaciguar el maldito dolor de las muchas cosas que se te vienen encima. No digo que todo vaya bien; quizás las cosas serían demasiado aburridas sin las reconciliaciones, sin los arrebatos de pasión entre enfados con esa persona que quieres, sin los polvos de reconciliación hablando mal y pronto. No sé, a mi me parece bonito ver como esa persona frunce el ceño por tu culpa, porque siempre tienes que tener la maldita razón en todo, aunque quieras defender que dos más dos son cinco, y te encanta que ceda y al final te de la razón para ver esa sonrisa traviesa que se te escapa. Te encanta discutir con él sabiendo lo que viene después; sabes que vendrá o que quizás ésta vez vayas tú y con un par de caras de las tuyas sabes que caerá y no te engañes, tú también. Le abrazarás y os perderéis otra vez, como esas otras tantas noches que os habéis pasado junto a la persona que queréis. Besando cada lunar de su espalda, mordiendo cada centímetro de su cuello, vistiéndolo a besos, desvistiéndolo a caricias. No hay nada más bonito que las ganas de nosotros, de ti, de mi. Juntos. 

Tengo que admitir que, soy ese tipo de persona que nunca ha querido nada perfecto, nunca he querido a nadie que me prometa que va a quedarse porque sé que la mayoría de esas promesas están vacías. Nunca he querido a alguien que me diga lo bonita que estoy o mariconadas de esas. Siempre me ha parecido mejor que me demuestren que van a quedarse, sin promesas, que se queden porque lo necesitan, me necesitan. Necesitan esto que tienen. Alguien al que de verdad le importen una mierda las demás si sabe que al girarse en la cama va a encontrarme a mi ahí, quizás no pueda ser la que todos esperan pero las ganas de vivir al máximo a mi lado no se te quitan. Puede que sea la persona más cabezona, negativa, divertida y muchísimas cosas más; buenas y malas pero cuando digo que voy a quedarme, me quedo. Aunque las cosas vayan mal, aunque no pueda más. Nunca he podido irme del lado de alguien que me importa a diferencia de muchos.