viernes, 22 de febrero de 2013

Todo por unos labios que curen las heridas de los mios.

Me encantaría estar contigo ahora apoyada sobre ti, sentados en el sofá, mirando hacía la chimenea mientras fuera esta diluviando y hace un frío horroroso. Acurrucada en ti; tapados con una manta mientras me acaricias el pelo y yo te agarra la otra mano. ¿Sabes? Seria lo mejor. Tenerte a mi lado. Tenerte a cada segundo. Ver tu sonrisa. Pf, tu sonrisa. Se me ponen los pelos de puta cuando la recuerdo. Es preciosa. Yo quiero tener todo el día pegado a mi. Todo el día dándote abrazos y besos. Diciéndote que...que los días grises no existen a tu lado. Que tu eres mi alegría y que contigo le doy puesta a la melancolía. Besarte mientras te acaricio el pelo es una sensación fantástica  Decirte a dos centímetros de tu boca que eres lo mejor que me ha pasado con una sonrisa en los labios hace que me sienta bien y viva. Pero luego, llega la hora de echarte de menos. Entro en los días en los que se basan en una puta escala de grises. Y llego al momento en el que pienso que quererte duele más de lo que debería pero sé que es porque te echo de menos, porque no puedo estar sin ti y sin tus abrazos. Porque los días sin ti se hacen largos. Porque los días van a seguir siendo largos mientras tu no estés aquí. Después de todo, sigo soñando. 

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