Nunca llegaste a pensar que las cosas pudieran llegar a ser así. Que el destino te llevase hasta la peor de las situaciones. Que todo te llevase a cruzarte en su camino. Y lo peor, que por unas cosas o por otras, sabes que aunque quieras, no puedes. Que lo único que puedes hacer es sacarte la idea de la cabeza, y lo intentas, incluso lo llegas a conseguir, o eso crees, porque entonces vuelves a recordar, volveis a hablar, y os volveis a ver, disimulas, pero no puedes evitar mirar y pensar en hablar, en reiros una vez más juntos, en poder estar a su lado sin importar donde o como...y es que es verle y perderte, que te hable y que un ejercito de mariposas te recorra por dentro y contestar entre risas, muriendote de vergüenza, para, más tarde, arrepentirte y comerte la cabeza pensando en lo que pensará de ti, aunque, en realidad, sabes que pasa completamente de ti, y que tú deberías hacer lo mismo, porque solo estás perdiendo el tiempo, pensando en algo que nunca más ocurrirá.
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